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viernes, 18 de marzo de 2011

NUEVA GENERACION DE PADRES

 

 
 Somos de las primeras generaciones de padres, decididos a no repetir con nuestros hijos los mismos errores que nuestros padres cometieron con nosotros.
Y en el esfuerzo de evitar los abusos del pasado, ahora resulta que somos los padres más dedicados y comprensivos, pero a la vez los más débiles e inseguros que ha dado la historia.
La gran diferencia está en que estamos lidiando con unos niños que son mucho más inteligentes, agresivos y rebeldes de lo que nosotros fuimos.
Parece que en nuestro intento por ser los padres que hubiéramos querido tener, nos hemos ido de un extremo al otro. Y ahora resulta que somos la generación de los últimos hijos que fueron regañados y corregidos por sus padres y al mismo tiempo la primera generación de padres regañados y corregidos por nuestros hijos.
Somos los últimos hijos que temieron a sus padres y los primeros padres que temen a sus hijos. Los últimos que crecimos bajo la autoridad de nuestros padres y los primeros que vivimos bajo el yugo de nuestros hijos. Y lo que es peor, los últimos hijos que respetaron a sus padres y los primeros padres que tenemos que aceptar a hijos que no nos respetan.
En la medida que la permisividad reemplazó a la autoridad, los términos de las relaciones familiares han cambiado completamente. Por supuesto en los casos en que la autoridad se confundía con autoritarismo, estos cambios han sido para bien, pero en muchos otros aspectos de las relaciones familiares, han sido realmente devastadores.
Antes se consideraban buenos padres a aquellos cuyos hijos se comportaban bien, les obedecían y los trataban con respeto. Los buenos hijos eran niños formales, que amaban y sentían profundo respeto por sus padres.
Pero en la medida en que las fronteras jerárquicas entre nosotros y nuestros hijos se han ido desvaneciendo, hoy los buenos padres son aquellos que logran que sus hijos los amen, aunque sea a costa de que no los respeten.
Las cosas han cambiado tanto que son ahora los hijos los que exigen el respeto de sus padres, entendiendo por tal, que acepten sus ideas, gustos, deseos, formas de actuar y de vivir. Y que además les financien todo lo que necesitan para tal fin.
Los roles se invirtieron y ahora son los papás quienes tienen que agradar y evitar contrariar a sus hijos para tener la fiesta en paz y no tener una guerra civil en casa. Esto explica el gran esfuerzo que hacen tantos papás y mamás para tratar de ser amigos de sus hijos,
Lo cierto es que si el autoritarismo del pasado llenó a los hijos de temor hacia sus padres, la debilidad del presente los llena de miedos y menosprecio al vernos tan débiles y perdidos como ellos. El autoritarismo aplasta, pero la permisividad confunde y desconcierta.
Los hijos durante su niñez necesitan percibir que estamos en control de las cosas y las situaciones. Tiene que vernos con el amor capacidad y autoridad suficientes, para ponerles límites, contenerles y guiarles en todo momento.
Solo una actitud amorosa, firme y respetuosa, les permitirá confiar en nuestra capacidad para dirigir sus vidas mientras son menores. Simplemente porque verán que vamos delante de ellos mostrándoles el camino y no detrás de ellos rendidos a su voluntad y caprichos.
"Recuperar la responsabilidad y nuestro papel como padres, es la única manera de evitar que las nuevas generaciones se ahoguen en el descontrol y la falta de propósito en el que se está hundiendo esta sociedad que cada día parece ir más a la deriva, sin valores, principios,
parámetros "·

martes, 1 de marzo de 2011

BIENVENIDOS........

PRIMER DIA DEL CICLO LECTIVO 2011 COMPARTIDO EN FAMILIA.. CON EL COMPROMISO DE SIEMPRE DE ACOMPAÑARLOS EN LA PRIMERA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS..